Category: Artículo
¿Cómo empezar un camino espiritual?
Y no, un camino espiritual no significa convertirse en monja, monje budista ni mormón; un camino espiritual significa vivir en consciencia, presente, sabiendo que no todo depende de ti y que sí se puede vivir en paz y en conexión interna, a pesar de los torbellinos de la vida.
Así empezó mi camino.
Yo siempre fui muy espiritual, me encantaba ir en Valle de Bravo al Maranathá, una iglesia católica un poco fuera de lo tradicional. Cuando iba con mis papás me salía a escondidas de misa para bajar a una capillita hermosa en la que había que quitarse los zapatos para entrar y sólo tenías que estar en silencio, ahí empecé a meditar. Me acuerdo que me sentaba ahí, sobre cojines bordados de colores súper bonitos y brillantes que había en el piso y casi siempre lloraba, me daba mucha emoción algo que no sabía explicar, el olor a incienso me inspiraba, la idea de estar descalza me liberaba y el estar sola me daba mucha paz.
Iba a esa capilla cada domingo y hacía mi propio ritual espiritual, no rezaba nada en particular, solo me permitía sentir al máximo y salía de ahí súper inspirada y feliz, de hecho mis papás pensaron por muchos años que yo iba a ser monja porque de mis planes favoritos era ir al Maranathá, pero ellos no sabían que no era por la misa, sino por ese espacio que se había vuelto mi rincón sagrado, donde sin duda empezó mi camino espiritual.
Años después nos mudamos a la ciudad, y ninguna iglesia tenía ese espacio tan mágico, así es que emprendí mi búsqueda para encontrar algo que me hiciera crear esa capilla mágica en mi interior, y fue cuando encontré el yoga y la meditación, algo que llevo ahora conmigo a todos lados y que me inspira, libera y casi siempre me hace llorar.
Para mucha gente tener una experiencia espiritual significa conectarse con un Ser fuera de esta realidad, con el espíritu de algún ser querido que murió, con seres extraños, con ángeles, o tener experiencias surreales, y para los que, como yo, esto no ha sucedido, puede parecer un poco frustrante pensar que no tenemos la sensibilidad para ser espirituales porque no vemos, oímos o sentimos cosas extrañas o de otras dimensiones. Yo nunca he visto espíritus, no he podido comunicarme con mis ángeles ni he podido predecir el futuro, me considero una persona bastante ordinaria pero con una increíble curiosidad por todo lo que no es cuerpo, por esa magia que sé que existe y por esa fuerza superior que podemos llamar Dios, que es una fuerza creadora infinita y que la puedo sentir, no físicamente pero sí a un nivel muy profundo y emocional, es eso que me hace llorar de la nada y que me hace creer que conectándome con ella y con mi poder interior, puedo lograr lo que sea.
Así es que no te preocupes si nunca has tenido una experiencia paranormal, si no eres vidente ni brujo, tu también puedes tener un camino espiritual y encontrar las herramientas que te ayuden a ser feliz.
Por eso hoy te comparto 5 cosas que puedes empezar a hacer desde ya para encontrar tu camino espiritual, para responder a ese llamado interno que tienes y que te hizo abrir este artículo, para calmar esa curiosidad que te da cosquillas y que no te permite dejar de preguntarte: ¿cómo le hago para sentirme en paz? ¿qué es meditar? ¿Dios existe? ¿qué pasará después de la muerte? ¿por qué no encuentro a mi pareja ideal? ¿por qué me siento triste todo el tiempo? y todas esas dudas que rondan tu mente.
5 tips para empezar un camino espiritual.
1.- Empieza por aceptar que no eres solamente un cuerpo. Este es el primer paso para abrirte a toda la magia que te espera. Cuando creemos que solamente somos un bonche de huesos y músculos, nuestra experiencia humana se limita a sólo eso y ahí sí no hay mucho que hacer, porque tu poder interno, tu capacidad de sentir, de co-crear y de conectarte con algo que está más allá de ti se reduce a algo muy burdo y aburrido.
Claro que eres un cuerpo y una mente, pero también eres un espíritu, un alma, como quieras llamarlo. Tu alma es esa inspiración que sientes de pronto cuando escuchas alguna música que te emociona, es esa voz interna que te dice cuando algo no está bien, es ese instinto que no es racional. Tu alma es esa brújula interna que se enciende cuando conoces a alguien y con sólo mirarlo sabes que será especial en tu vida. Tu alma es eso que te da esperanza en tiempos de caos, que te llena de fe cuando todo se ve negro y que te calma cuando cierras los ojos para respirar en paz.
No existe algo lógico y comprobable que pueda decirte ahora mismo sobre el alma para que me creas, pero esa es su magia, que no es algo comprobable por la ciencia, porque es algo más allá de él pero que si cierras los ojos, confías y sonríes lo puedes sentir, incluso en este momento.
2.- Aprende a respirar. ¿Cómo? ¿Que no se respira así normal y ya? Pues sí, para sobrevivir respiras “así normal” pero para cambiar la forma en la que te sientes, estar presente, despierto y consciente necesitas cambiar la forma en la que respiras; regresar a tu respiración natural. ¿Has visto cómo respiran los bebés?, ellos respiran no sólo con el pecho, su respiración es profunda y respiran llenando también el abdomen, de esta forma se llenan de prana, de energía vital. Por eso son mucho más sensibles, menos racionales y más instintivos, porque están más conectados con ellos y con su experiencia que con el mundo exterior, algo que deberíamos aplicar más seguido nosotros los adultos.
Para empezar a cambiar la forma en la que respiras y tener más momentos de conexión puedes empezar por contar cuánto tiempo te toma el inhalar, y doblar el tiempo al exhalar; si inhalas en 4 tiempos, exhala en 8, y ten la consciencia de llevar el aire hasta el abdomen. Inténtalo por al menos 3 minutos diarios.
3.- Explora. Empieza a meditar. Digo, yo empecé a meditar en una capilla católica sin instrucciones ni nada. Si yo hice eso como a los 6 años, tu puedes empezar a meditar donde sea y ya. Te comparto mi canal de youtube (haz click aquí) donde puedes hacer algunas meditaciones guiadas conmigo, también hay muchísimas apps disponibles como Calm o Headspace, empieza por 1 minuto, 3 minutos diarios, lo que tu puedas y empieza a conectar contigo.
4.- Encuentra lo que te inspira y hónralo. Yo crecí en una familia católica, aprendí muchas cosas sobre la religión y a pesar de que actualmente no practico la religión, rescato varias cosas que me ayudan a inspirarme y conectarme. Por ejemplo, amo a la Virgen de Guadalupe, definitivo ella y yo tenemos una conexión especial así es que forma parte fundamental de mi camino espiritual, pero también me inspira la imagen de Buda, las flores, los cristales, la aromaterapia y varios maestros espirituales. Viajé a la India hace unos años para complementar mi inspiración (si quieres leer sobre mi viaje y mis aventuras en la India haz click aquí). Desde ese viaje yo hago mi propio mix, sin culpa, sin pena, porque al final todo es parte de lo mismo. Así que encuentra qué figuras o representaciones te inspiran a ti y tómate momentos en el día para conectar con su energía. Puedes tener un pequeño altar en tu cuarto con todo eso que te inspira y que te recuerda que somos más que cuerpo.
5.- Ten paciencia. Cuando empiezas algo nuevo, no siempre las cosas salen como quieres, sobretodo si lo que tiene que ver con este tema espiritual se sobre promete en redes sociales, en revistas y en películas. Solemos ver a gente que medita de blanco, con cara de mucha paz, casi iluminados. Vemos a los que hacen yoga con cuerpazo, parados de cabeza sobre una roca en medio de un río caudaloso mientras que nosotros no podemos ni subirnos gateando a la piedra. Y eso frustra y frustra mucho, a mi me sigue frustrando, porque idealizo, y volvemos a lo mismo, eso es ponerle más atención a lo de afuera que a lo de adentro. Por eso el último punto y muy importante es ese, ver hacia dentro y ser paciente. Aceptar que en un camino espiritual hay días buenos y no tan buenos, y dejar de etiquetarlos así, empezar a verlos a todos como días, así, sin blanco o negro, como días que nos hacen estar cada vez más despiertos, conscientes, que nos acercan a la paz, a la armonía y al equilibrio.
A veces creemos que si oramos, meditamos y hacemos todo lo que nos dicen nuestros maestros vamos a dejar de sufrir, y no, más bien lo que pasa es que nos volvemos más despiertos, entendemos mejor la vida, sus cambios y ciclos, nos duele, pero no nos quedamos ahí, sabemos salir mucho más rápido y con una lección aprendida.
Por todo esto es importante que empieces ya un camino espiritual, no importa si lo tuyo es ir a misa, leer libros, meditar, hacer rituales, lo que mejor vaya contigo pero hazlo, que se vuelva un estilo de vida y parte de tu rutina diaria.
Deseo que este camino que estás por emprender esté lleno de luz, lecciones y transformación, si tienes dudas, quieres desahogarte o simplemente compartir tu experiencia, ve a la sección de contacto y escríbeme, siempre estoy para ti.
Sus Bigler.
Los Cambios Inesperados De La Vida.
No me acuerdo haber vivido cambios fuertes en mi niñez, o si sí, probablemente no viví los cambios tan consciente o no era lo intensa que soy ahora. Pero en los últimos 3 años sí que me ha tocado vivir cambios muy fuertes, de esos que llegan de pronto, para los que no dio tiempo ni de hacer maletas, comprar boleto de avión o prepararse mentalmente, cambios sorpresivos, que te mueven la tierra y de los que no puedes volver atrás.
Cambio fuerte #1
Obviamente el primer cambio fuerte fue la muerte de mi papá hace casi 3 años, fue el primero y el más fuerte hasta el momento. Si miro hacia atrás, antes de ese momento, es como si viera otra vida, como una película sobre mí que no tiene nada que ver a lo que es ahora, ¿les ha pasado?, es como si vieran un cuento maravilloso que no se parece en muchas cosas a la historia actual. Antes de ese día, antes del 13 de diciembre del 2015, creo que no tenía conflictos tan «deep», la vida era bastante fluida y normal para mí. Hasta que dejé de ver a mi papá de un día a otro, hasta que verdaderamente me cayó el veinte de que nada es para siempre y que la vida tiene sus partes muy oscuras, crueles, donde parece no haber justicia, donde el meditar, rezar, pedir por algo no es suficiente o no es más que la fuerza natural de la vida. Ese día perdí un gran cacho del motor de mi felicidad y me enfrenté con una realidad que no conocía; yo despertaba diario con un mensaje positivo de mi papá en el celular, después recibía una llamada con alguna broma o algo a la mitad del día, y al terminar el día, alguna reflexión para cerrar, era lo máximo, y por más que ahora intento auto-motivarme, hacerme bromas y mantener la alegría, acepto que me es más difícil recuperarla por completo, un pedazo del motor se descompuso y nada lo puede arreglar, entonces con ese cambio, nada puede volver a ser como antes, y está bien, he aprendido a vivir con mi motor mutilado.
Cambio fuerte #2
Ese primer cambio fuerte me llevó al segundo; Beni, mi primer hijo. Al mes de haberme despedido de mi papá, me embaracé de Beni, sin haberlo planeado, sin haberme curado por completo de un mioma que tengo y por el cual se supone que me iba a tardar mucho en embarazar. Y así, de pronto, en un mismo día (el de mi cumpleaños #31) lloraba por mi papá y reía por la venida de mi primer hijo.
El cambio fuerte #2 ha sido tremendo, muy bonito por un lado, pero de eso todo mundo habla y comparte, pero para mí ha tenido un lado oscuro super fuerte, me he enfrentado al egoísmo, la impaciencia, la desidia, el miedo, la apatía, la desconexión y el enojo cara a cara. La maternidad me ha llevado a extremos de emociones que no había vivido con nadie más ni ante nada más. Me ha hecho dudar, llorar como nunca y hasta querer escapar. Y es que cuando tu alma es libre, cuando fuiste hija única acostumbrada a que todo se diera de la forma que quieres, cuando acabas de encontrar tu pasión y quisieras dedicarte a ella 24 horas del día, la idea de voltear tu energía hacia un ser que depende de ti es muy retador.
A veces siento que Benicio me enseña más a mí que yo a él, a veces siento que él entiende más lo que está pasando que yo, y no cabe duda que con su nacimiento nació una nueva Sus, igual de bebé, igual de inexperta, igual de curiosa, también con necesidad de apapacho, de cuidados, de cariños y de amor. Con Beni nació la Sus que pide ayuda, que necesita ser escuchada, comprendida y rescatada a veces, la que extraña a su papá y le llora por las noches, la que necesita ser cargada, nutrida y guiada.
Y no es que no asuma mi papel como mamá, sino que ahora también me volteo a ver a mí; cuando exploto, cuando me desespero, cuando no entiendo, me volteo a ver a mí y me doy cuenta de lo nueva que soy en esto, de lo fuera que está de mis manos gran parte de lo que siente o experimenta Beni, de lo unidos pero separados que somos y del reto tan importante que tengo en mis manos.
Cambio fuerte #3
El segundo embarazo. Uff, éste sí que está siendo un cambio tormenta. Tampoco había el plan en excel (como suelo hacer todos mis planes), esta bebé decidió llegar en un momento caótico en vida para sacarme de ahí, para enseñarme el camino correcto y para guiarme hacia lo que verdaderamente importa en la vida. Ir soltando todo mientras tanto ha sido muy doloroso, he soltado proyectos, propuestas de trabajo, mi libertad, planes de viaje, fantasías que tenía e incluso planes de excel muy bien formulados. Y prácticamente me he quedado con planes a nivel profesional pospuestos para el futuro, un agotamiento excesivo, miedos, incertidumbre y muchos otros cambios alrededor.
En los últimos 3 años, mi vida se ha vuelto un mar de cambios, no se va una ola cuando llega otra, y bueno, pues al final eso es lo que pedí en algún momento cuando regresé de la India; quería que mi vida fuera una aventura, y sin duda lo ha sido y lo está siendo, entre más entiendo de la vida tras experimentar cosas fuertes, entre más medito, entre más conecto y me trabajo a mí misma, más interesante se vuelve la vida, mas duele eso sí, pero más se saborea.
¿Qué he aprendido a hacer ante los cambios?
– Que hay que hacer nada. Lo primero es hacer nada, aceptarlos, y aceptar las emociones que vienen con ellos, ni modo, no hay de otra, intentar detener o manipular los cambios sale peor, lo he intentado.
– Respirar. Cuando un cambio llega de pronto, la respiración se detiene, o se vuelve más corta y eso tensa todo, nos da más estrés y no permite que el cambio fluya a través de nosotros. Respirar largo y profundo, con los ojos cerrados, oxigena nuestro cuerpo y nos ayuda a ver todo con claridad.
– Usar el poder de la imaginación. Algo que me funciona mucho es ponerle atención a las imágenes que llegan a mí, me acuesto, cierro los ojos y le permito a mi mente llenarme de imágenes. Nuestra mente tiene una capacidad enorme de imaginar y todo lo relaciona con la parte visual, con imágenes del pasado, del futuro o con simples fantasías. Ponerle atención a las imágenes, ayuda a entender cómo es que realmente estamos percibiendo la situación. Después de visualizarlas puedes anotar en un papel todo lo que vino a tu mente e incluso dibujarlo y tener más claridad de lo que en verdad estás sintiendo y experimentando.
Aquí te dejo otras herramientas que pueden ayudarte en momentos de caos causado por cambios, haz click aquí
Llega una época en la vida en la que los cambios no dejan de llegar, cambios de todo tipo, confrontadores y premiadores y entre más avanzada sea nuestra vida, más podremos verlos. Acabo de vivir hace unos días el ver a mi abuelo materno despedirse de mi abuela materna con la mirada porque ya no puede hablar, él la tomó de la mano con dificultad, la buscó con los ojos que apenas podía abrir, la encontró, ella lo vio también, lo agarró de la mano y viéndose profundamente, ella asintió con la cabeza y después le dijo: ya mi viejito, está bien. Esa escena me hizo transportarme con imágenes a un recorrido por la vida de aquellos dos, el haber pasado sus propios cambios juntos, sus 8 hijos, el cambio de ciudad, todas su olas y sus tormentas, y a los 96 años, seguir viviendo cambios y enfrentando sacudidas, pero asintiendo con la cabeza, entendiendo que los cambios son, que llegan, suceden y que definitivo cada uno de ellos nos vuelve más maduros y fuertes.
Ojalá así pudiéramos todos graduarnos de esta vida, con una colección de cambios fuertes, llenos de imágenes de todo tipo y asintiendo con la cabeza, honrando lo que está por llegar y dispuestos a enfrentar la muerte, el cambio más radical para todos, con sabiduría y honor.
Con amor,
Sus.
- 1
- 2