¿Quién soy?
Soy Sus Bigler, crecí en Valle de Bravo, en la época en la que todavía no estaba de moda y era apenas un pueblito con poco turismo. Crecer entre naturaleza, gente linda y libertad, me llevó a explorar mi interior, a pasar mucho tiempo escuchándome y conociéndome. El ritmo lento del pueblo me hizo soñadora, creativa, amorosa y paciente, y fue ahí donde descubrí mi gran inquietud por lo espiritual y lo mágico y dónde aprendí a meditar naturalmente.
A los 15 años dejé mi lugar de paz para explorar y aprender de la gran ciudad de México, donde olvidé por algunos años mi esencia vallesana para creer que lo que importaba verdaderamente en la vida era la profesión, las cosas materiales, la moda, la carrera y el puesto que llegaras a tener. Me engañé a mi misma creyendo que tenía que ser ejecutiva, llevar tacones, ganar clientes, tener el mejor sueldo y prestaciones y ser más exitosa cada vez, así es que terminando la Universidad, empecé a construir sobre esa idea y sobre ese mundo ejecutivo. Estando ahí, no entendía por qué la gente hacía maestrías, se iba a estudiar doctorados a otros países, yo ya no quería estudiar más, a lo que yo me dedicaba no me apasionaba así es que no quería saber más de esos temas.
Hasta que mi esencia verdadera me hizo un llamado, empecé a practicar Kundalini Yoga para liberarme del estrés cuando tenía 21 años y lo que parecía sólo un hobby, se fue convirtiendo en mi estilo de vida. El yoga no estaba de moda tampoco, en esa época lo practicaba la gente mayor así es que yo me escondía para salir del trabajo vestida de blanco, con una pañoleta en la cabeza e irme a meditar.
¿Cómo encontré mi camino y mi pasión?
El llamado fue tan fuerte que en 2011 me certifiqué como maestra de Kundalini Yoga, para ese entonces ya no me daba pena salir de blanco y me paraba todos los días a meditar a las 5 de la mañana, mi vida regresó a ser como en mi infancia, me volví a sentir conectada, apasionada, inspirada y motivada por la vida.
Después de esa certificación, la idea de sentirme engañada por mí misma era cada vez más clara, contaba los minutos para salir de mi trabajo de oficina para irme a dar clases de yoga, quería meditar todo el tiempo, me picaba el asiento de la silla y pasaba más tiempo leyendo sobre yoga y meditación en la compu que trabajando. Hasta que recibí otro llamado: irme a la India a estudiar, entonces descubrí que esa era “mi maestría en Nueva York, mi doctorado en Harvard” irme a la India era lo que yo quería estudiar, mi motivación para seguir aprendiendo. Así es que me fui 40 días a certificarme como maestra de yoga y meditación a las tierras más maravillosas que había pisado jamás.
Mis experiencias en la India forman parte de toda una historia, para leer sobre ella haz click aquí.
A veces te pierdes para reencontrarte.
Y regresé con una mochila cargada de experiencias, aprendizajes y retos de re-adaptación, sin saber realmente qué iba a hacer con mi vida. Verdaderamente yo creí que al volver de ese viaje mágico, todo sería perfecto, como se ve en las películas donde la gente cambia drásticamente después de un viaje y todo es maravilloso, en mi caso fue un caos, nada era maravilloso, no entendía qué pasaba y empecé a cuestionármelo todo. Empecé a cuestionarme si las decisiones que había tomado a lo largo de mi vida habían sido mías o de mi familia, si mis sueños eran míos o de la sociedad, si donde estaba – casada, en una casa nueva, y en una ciudad enorme – era verdaderamente donde quería estar o si era donde me había tocado estar.
Pfff, si les contara todo lo que pasé los primeros 6 meses después de mi regreso de India llenaría páginas y estoy segura que los deprimiría, porque lo que llegué a cuestionarme fue muy profundo.
¿Qué me hizo regresar a mi centro?
La meditación. De verdad, probé de todo, hasta psicoanálisis, y cada vez me sentía peor, buscaba respuestas en los demás para salir de mi confusión, quería que alguien me dijera qué tenía que hacer, hacia dónde tenía que ir, si debía regresar a la India, ¿qué carajos tenía que hacer con mi vida? Fue horrible, hasta que llegué a una sesión de Thetahealing. Me senté, desesperada, sin mucha expectativa, había intentado aplicar en casa todas las técnicas de meditación que aprendí en mis certificaciones pero no podía ni sentarme 1 minuto en silencio, el ruido en mi cabeza era demasiado, estaba enojada, confundida, triste y desesperada. Hasta ese día, hasta ese día en que el me senté frente a Rodrigo y me entregué, ya no tenía más que perder, y me perdí en su meditación, en su guía, en su magia, y salí sanada, de verdad, ese día, después de una hora de sesión, regresé a ser yo.
Así de fácil, una hora de meditación le ganó a 6 meses de terapia, y no fue algo pasajero, hasta el día de hoy sigo sintiendo ese efecto de liberación que me dio Thetahealing. Si tienen chance tomen una sesión ( al final del artículo les dejo el dato de Ro).
Y entonces me seguí con la meditación, no tenía ganas de meditar mucho, solamente quería mantenerme en mi centro, tenía miedo de volverme a perder, así es que durante varios meses sólo me senté en mi tapete a hacer lo siguiente:
Meditación para aprender a meditar.
Esta meditación es de Kundalini Yoga y literalmente se llama así, «meditación para aprender a meditar», y es que estoy segura que en todo momento necesitamos volver a aprender cosas, o desaprender otras también.
- Siéntate en postura cómoda en el piso con las piernas cruzadas, o recargado en una pared o sentado en una silla con la espalda recta.
- Coloca el dedo índice y el medio de la mano derecha sobre la muñeca de la mano izquierda y encuentra ahí, con esos dos dedos, tu pulso, el palpitar de tu corazón.
- Cuando lo encuentres cierra los ojos. Empieza a concentrarte en cada palpitar, en su ritmo y en su actividad constante. Ahora empieza a repetir mentalmente con cada palpitar: Sat Nam, Sat, en Gurmukhi, significa verdad y Nam nombre o identidad, así es que haciendo esto estás encontrando tu verdad desde el palpitar de tu corazón. Así es que con cada primer bombeo repites Sat y con el segundo Nam, con cada bum, bum.
Hazlo por al menos 3 minutos, cuando termines, quédate 1 minuto en silencio sintiendo.
Así es que volvamos a la pregunta inicial de este artículo; ¿quién soy? soy un ser en constante evolución y crecimiento, a veces soy alguien y después me transformo, aprendo, me pierdo y me reencuentro, probablemente te identifiques conmigo, está difícil definirnos como algo o alguien con características fijas, porque todo el tiempo estamos en movimientos y cambios, algunos gustan y otros no, pero por eso para mi fue básico encontrar herramientas que hoy me ayudan en ese ir y venir, en perderme pero regresar más rápido y siempre con una lección.
Medita, encuentra tu Sat Nam, tu verdad, y verás que desde ahí todo fluye mejor.
Sus Bigler.
Dato Thetahealing:
Cel: Rodrigo Barreiro: 55-27-27-66-40