El «ataque tormenta» – el caos.
La semana pasada me dio un “ataque tormenta”. Así es como yo le llamo a esos momentos que llegan de pronto, sin que nada en especial pase o cambie, o sí, pero que logran que sientas que te ahogas, todo lo ves enorme, caótico y sin salida y luego por momentos te quisieras dejar ir con la tormenta, como si desearas ahogarte y no salir jamás de ella. Haber pasado por esto, me inspiró a escribir sobre cómo salir de la tormenta y el caos.
A mi me llegó ahora que estoy embarazada y que además tengo un toddler rebelde adaptándose a los cambios y probando su independencia, y pues entonces me desbordé. No sé si ya me había pasado antes pero no me acuerdo, no recuerdo el haber sentido esa presión tan fuerte en el pecho, pesadez en las piernas y dolor en el corazón, seguro sí lo había sentido antes, pero no sin razón aparente o sin poder identificar la verdadera razón, por eso le llamo tormenta, porque es una sensación como descontrolada, intensa y que te nubla y no te deja ver.
Ese día creo que lloré 12 horas seguidas, tenía muchísimos pensamientos catastróficos y negativos, podía por momentos notar que no eran yo, que no eran más que pensamientos, pero no por eso dejaban de doler.
Y luego me di cuenta que esta tormenta venía del miedo, del miedo a no estar siendo buena mamá y estar causando de algún modo los berrinches de Benicio, miedo a la llegada de otro bebé, me empecé a cuestionar que si apenas podía con uno, cómo le iba a hacer con dos, dudé de mis decisiones, dudé de mí, de mi capacidad de enfrentar el momento y de perderme en esa tormenta.
Y justo cuando estuve a punto de soltarme y volverme la tormenta; asumí, asumí que por más que quisiera huir de lo que estaba viviendo, tenía que asumir, asumir que soy mamá de Beni y que me necesita, asumir que estoy embarazada porque yo lo decidí, y asumir mi poder para sobrellevar este reto de vida. Y seguí llorando eh… no se fue el drama ni el dolor, pero por lo menos me agarré fuerte de un árbol, sintiendo la tormenta al máximo, pero aferrándome a mi lugar, a mi estabilidad, y no me quedó de otra que esperar a que pasara.
Creo que las tormentas nos llegan a todos, a veces con razón y a veces sin razón aparente, pero nos llegan y son tan atinadas que nos llegan desprevenidos, no llegan cuando estamos pasándola de maravilla en vacaciones, no llegan mientras nos hacen un masaje, no llegan mientras estamos de shopping maravillosamente, llegan de pronto, sin avisar, por la espalda y si no estás bien agarrado, te vas con ella, y regresar a veces es más difícil que impedir que te lleve.
Aprende a cómo salir de la tormenta y el caos
Por eso hoy te comparto varias herramientas y consejos que me ayudan mucho a prevenir la susceptibilidad a las tormentas y también cosas que puedes hacer cuando ya estás en medio del huracán:
1.- Identificar cuando la tormenta llegó. Este es el punto más importante pero más difícil, porque normalmente cuando estamos en ese momento de caos, estamos tan en él que pensamos que somos él, que somos el caos, y que es algo que llegó para quedarse. Entonces identificarlo como algo “externo” se ve imposible, pero lograrlo nos ayuda a llegar a la raíz de todo, enfrentarlo y resolverlo.
Entonces cuando notes la presencia de la tormenta, primero conócela, mide su intensidad, obsérvala, siéntela, llórala y en algún momentito de calma, observa qué es lo que te está molestando de ella, qué te está diciendo, cuál es su mensaje. Quizá no puedas verlo a la primera, pero que esa sea tu intención, observarla cara a cara para escuchar lo que quiere decirte.
En mi caso, esta tormenta venía a avisarme que tenía que soltar toda la carga que me había puesto yo sola, entender que no todo estaba en mi control, que los berrinches de Beni son un proceso suyo, me di cuenta también que necesitaba pedir ayuda, delegar y dejar de ver a mi hijo como un bebé indefenso, para empezar a verlo como un niño con decisiones y libertad.
2.- Escribe tus pensamientos sin drama. La tormenta llega llena de miel, azúcar, canela y vainilla, súper dramática y empalagosa, y todos los pensamientos son tan telenovelezcos que nos enrollan, entonces escribirlos quitando el drama, ayudan a descubrir el mensaje real, sin toda la paja de alrededor. Toma una hoja y pluma y escribe, primero deja que salga el dulce, y después velo quitando, hasta llegar a la esencia del mensaje, esto es súper liberador.
3.- No pases la tormenta solo. Lamento decirte que es muy difícil salir de un ataque tormenta solo, habrá gente que pueda, pero está comprobado que somos seres sociales, que el poder del otro (lee por favor ese libro, aquí te dejo el link para que lo compres) es fundamental en la vida de todo ser humano y que sobretodo para momentos de caos y crisis, el apoyo de alguien más no sólo te sostendrá, sino que te ayudará a darte cuenta que no estás mal y te llevará a ver las cosas desde otro lado.
Ahora, es bien importante pensar bien a quién vas a compartirle lo que estás viviendo en tu tormenta, no siempre es la persona más cercana a ti, o sí, pero necesitas encontrar a alguien que sabes que no te va a juzgar, regañar, alguien que en una de esas se pondrá a llorar contigo pero que luego te levantará, alguien que no se compre tu tormenta y termines consolando tú, alguien que te quiera y que sabes que estará incondicional. Piensa bien, todos tenemos a alguien así.
4.- Futurea. Piensa si eso que estás viviendo en el momento, importará en 1 año, visualiza cómo puede ser ese próximo año para ti y cómo nada de lo que estás pensando y sintiendo en el momento, tendrá sentido para entonces. Así podrás ver a la tormenta como una ligera llovizna.
5.- Suelta el control. Recuerda que no todo está en tus manos, que lo que te sucede es el resultado de lo que les pasa también a los que te rodean, que ellos piensan distinto, que en lo que estás viviendo se involucra hasta el clima, los astros, las hormonas, la salud y muchas otras cosas. Necesitas soltar la idea de que todo lo tienes que resolver tú, en este momento del proceso de ataque tormenta es momento de soltar, regálale a alguien tus preocupaciones y por un momento imagina que ese alguien se ocupa de ellas.
6.- Perdona y perdónate. Sé compasivo contigo o con quien tengas que serlo. Perdónate por todo eso que has estado cargando hasta este momento y que pesa tanto. Perdónate por los errores que creas que hayas cometido, recuérdate que no eres perfecto y que lo mejor de todo es que no tienes que serlo, estás en un camino de aprendizaje tú también y los que te acompañan en el camino tienen el mismo derecho a equivocarse, a cargar, a soltar y a querer ser perfectos y asumir que no lo son.
Quizá cuando hayas pasado por los 6 pasos que acabo de compartirte sigas llorando, pero intenta llenarte de amor, recuerda un momento feliz en tu vida y que éste sea tu estandarte para empezar a ver luz al fondo de la tormenta.
Créeme, todos los ataques tormenta pasan – si quieres leer sobre mi peor tormenta haz click aquí – algunos duran más tiempo que otros, pero es un hecho que TODOS pasan y entre más tormentas tengas, más experto te vuelves, y salir de ellas dejará de ser un pesar para volverse entonces toda una aventura.
Con amor,
Sus.